Carmen y Lucía, abuela y nieta, son incapaces de encontrar el camino de vuelta después de un episodio de desorientación de Carmen. Su entorno, el de la ciudad, el asfalto y la prisa, será su principal enemigo para volver a casa.
El cortometraje de El norte nace de una serie de preguntas relacionadas con el mundo de los cuidados entre generaciones. En el laberinto de una persona que empieza a perder la memoria, Lucía, una niña de 5 años, es la única que la puede ayudar a salir de él. Me pregunto qué pasa cuando una persona ya no puede cuidar. También, qué plano ocupa la sociedad y el entorno en ese preciso momento.
La mujer y lo femenino siempre han estado asociados al entorno íntimo, el de la casa. A través de la mirada de los personajes de una abuela y una niña, me quiero fijar en la soledad que genera no tener una red de cuidado alrededor. La calle y la ciudad son entornos plenamente hostiles para Lucía y su abuela y es sólo a través de la relación de cuidados que podrán sostener esa situación. Porque al fin y al cabo, si están juntas, estarán bien.
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